Roberto su nombre, de apellido Meliendre y Peludo el apodo. Lejos de referirse a su melena, no hacía más que confirmar una inclinación
natural y descontrolada por la bebida.
El Peludo, concurría asiduamente al Boliche de Curcho en la intersección de las calles Saavedra y Pueyrredón (próximo
al Barrio Obrero) a dar con su religioso vino diario o simplemente a saciar ese
saludable vicio de socializar en el negocio, pionero en el rubro drugstore.
El bar atendido por sus propios dueños, los hermanos
Ernesto y Roque Curcho, junto a su mujer Elena, era el punto de referencia del
pueblo y de Meliendre, su segunda casa.
Cantante de tangos y dotado de un sentido del
humor inigualable, fue declarado figura ilustre del folklore del Partido de
General Villegas, tras su muerte en diciembre de 2009. En el documento, las
autoridades destacaron el valor de Meliendre como parte integrante de la comunidad al tiempo que realizaron una especie de mea culpa al expresar que no recibió en
vida las consideraciones que se merecía.
Tal vez, nunca creyó que años más tarde un
vecino le dedicaría unas estrofas y sería justamente recordado a través de lo
que él más amaba, la música. Su autor, Condorito López, rescata que el Peludo no perdía el humor ni siquiera en los momentos más difíciles y recuerda entre risas a una de sus tantas visitas críticas al hospital, en donde llegaba a
hablarle al tubo que lo alimentaba de oxígeno como si fuera una persona. En
clave de insultos, claramente.
Roberto
Meliendre - El Peludo
Letra y música: Darío ''Condorito'' López
Si porai te hablan de un tal Roberto
y nunca lo pudiste ubicar
Es muy fácil, llegate a lo Curcho
vas a ver como ahí no le erras
Estará armando un cigarro
que hasta los dedos se lo fumará
Esperando hacer un mandado
para un vino poderse tomar
O quizás charlando con el Roque
sabiendo que nada van a arreglar
Viendo Elena con la cara larga
porque ni una cuenta ha podido cobrar
Con un saco de cuadros chiquitos
y solapas listas para volar
pantalones pinzados mostaza
y zapatos marrón militar
Hoy vendrá alguien a buscarte
temiéndole a la soledad
Se reirán, tendrá compañía
a cambio de unas copas no más
Pasarán la noche farreando
de boliche en boliche porai
por la Tela del Chucho y el Tigre
y en las luces se amanecerán
Acerca el mentón a tu pecho
frunce el ceño y empieza a cantar
Hundí la zurda en el bolsillo
pa ademán la otra te bastará
Afina la garganta Roberto
que tan maltratada está
por el alcohol, el tabaco y los fríos
que por las noches siempre desafias
Cántanos un tango Roberto
Dale, Peludo viejo nomá
Se que sos a Gardel y el Polaco
desde el cielo las segundas te harán
Se que sos a Gardel y el Polaco
desde el cielo te aplaudirán
Conviene mencionar que el pasado 2 de marzo Gabriel Latorre y Ariel Quiñones (profesores de Comunicación Social) presentaron en la Biblioteca Domingo Faustino Sarmiento una colección con las voces de personajes locales que marcaron a fuego la cultura musical de la sociedad. El archivo cuenta con el registro de Roberto, y bien merecido lo tiene. Ariel Quiñones recordó en aquella ocasión a Meliendre como “una persona que estaba todo el tiempo trabajando para hacerte reír, para hacerte ver algo desde otro punto de vista”.