domingo, 16 de septiembre de 2012

Con Uds, Meliendre

Roberto su nombre, de apellido Meliendre y Peludo el apodo. Lejos de referirse a su melena, no hacía más que confirmar una inclinación natural y descontrolada por la bebida.
El Peludo, concurría asiduamente al Boliche de Curcho en la intersección de las calles Saavedra y Pueyrredón (próximo al Barrio Obrero) a dar con su religioso vino diario o simplemente a saciar ese saludable vicio de socializar en el negocio, pionero en el rubro drugstore.
El bar atendido por sus propios dueños, los hermanos Ernesto y Roque Curcho, junto a su mujer Elena, era el punto de referencia del pueblo y de Meliendre, su segunda casa.
Cantante de tangos y dotado de un sentido del humor inigualable, fue declarado figura ilustre del folklore del Partido de General Villegas, tras su muerte en diciembre de 2009. En el documento, las autoridades destacaron el valor de Meliendre como parte integrante de la comunidad al tiempo que realizaron una especie de mea culpa al expresar que no recibió en vida las consideraciones que se merecía.



Tal vez, nunca creyó que años más tarde un vecino le dedicaría unas estrofas y sería justamente recordado a través de lo que él más amaba, la música. Su autor, Condorito López, rescata que el Peludo no perdía el humor ni siquiera en los momentos más difíciles y recuerda entre risas a una de sus tantas visitas críticas al hospital, en donde llegaba a hablarle al tubo que lo alimentaba de oxígeno como si fuera una persona. En clave de insultos, claramente.





Roberto Meliendre - El Peludo


Letra y música: Darío ''Condorito'' López


Si porai te hablan de un tal Roberto 
y nunca lo pudiste ubicar
Es muy fácil, llegate a lo Curcho
vas a ver como ahí no le erras 

Estará armando un cigarro 
que hasta los dedos se lo fumará
Esperando hacer un mandado
para un vino poderse tomar
O quizás charlando con el Roque 
sabiendo que nada van a arreglar
Viendo Elena con la cara larga
porque ni una cuenta ha podido cobrar

Con un saco de cuadros chiquitos 
y solapas listas para volar
pantalones pinzados mostaza 
y zapatos marrón militar
Hoy vendrá alguien a buscarte 
temiéndole a la soledad
Se reirán, tendrá compañía 
a cambio de unas copas no más

Pasarán la noche farreando 
de boliche en boliche porai
por la Tela del Chucho y el Tigre 
y en las luces se amanecerán

Acerca el mentón a tu pecho 
frunce el ceño y empieza a cantar
Hundí la zurda en el bolsillo 
pa ademán la otra te bastará

Afina la garganta Roberto 
que tan maltratada está
por el alcohol, el tabaco y los fríos 
que por las noches siempre desafias

Cántanos un tango Roberto
Dale, Peludo viejo nomá
Se que sos a Gardel y el Polaco
desde el cielo las segundas te harán 
Se que sos a Gardel y el Polaco
desde el cielo te aplaudirán



Conviene mencionar que el pasado 2 de marzo Gabriel Latorre y Ariel Quiñones (profesores de Comunicación Social) presentaron en la Biblioteca Domingo Faustino Sarmiento una colección con las voces de personajes locales que marcaron a fuego la cultura musical de la sociedad. El archivo cuenta con el registro de Roberto, y bien merecido lo tiene. Ariel Quiñones recordó en aquella ocasión a Meliendre como “una persona que estaba todo el tiempo trabajando para hacerte reír, para hacerte ver algo desde otro punto de vista”.

domingo, 2 de septiembre de 2012

De lo nuestro, ¿lo mejor?

Algunos todavía caminan entre nosotros, el resto partió. Despiertan curiosidad, risas y nostalgia en la misma proporción con el simple hecho de nombrarlos. En ciertos casos, no existe siquiera apellido que los identifique. Su apodo completa el casillero. 
En una carrera contra el paso del tiempo propongo dar con las historias de aquellas celebridades que aunque difícilmente obtengan del municipio la llave del pueblo merecen ser recordadas. Para que vivan siempre en nuestra memoria. Para que no mueran nunca.

Foto: Juan Cabezas